” MI HIJO NO ME HACE CASO”: Cuando el castigo ya no es efectivo.

“MI HIJ@ NO ME HACE CASO…¡¡YA NO SE QUÉ HACER!!”

ayudaconflictosCada día vemos como un problema cotidiano se agrava lentamente; la disciplina de los hij@s. No quieren estudiar, no quieren ordenar sus cosas, no quieren hacer las tareas que tocan, cada tarde es una pelea continua para que obedezcan alguna de las normas de casa. A veces pensamos que lo hemos probado todo; llevarlo a su habitación, quitarle el móvil, quitarle la consola, sacarle el Ipad, quitarle la televisión, dejarle sin fútbol … Y parece como si nada de esto funcionara. Los castigamos durante semanas, meses … Y sin embargo su comportamiento desafiante persiste. 

Es vital que cambien estas dinámicas para conseguir la paz en casa. Muchas veces caemos en errores que no sabemos que entorpecen la transmisión segura de un límite. Es por ello que, des de TE-SIS proponemos algunas estrategias para mejorar y resolver estas situaciones.

Hay que entender que estas son unas pautas generales, que hay que adaptar a cada caso y en cada edad, pero desde TE-SIS las proponemos como guía básica o punto de partida. Para cualquier duda podéis poneros en contacto con nosotros y analizar cada situación de manera personalizada y diseñar la mejor estrategia para cada caso particular.

En primer lugar hay que partir de una realidad clara que es importante integrar como adultos responsables de la crianza de menores:

1. Nosotros tenemos la autoridad. En tanto a que somos los adultos y responsables de su bienestar y, cuando establecemos una norma o un límite también es para cuidarlos y protegerlos.  Lo primero es mentalizarse en ello. Por lo que tenemos que tenerlo bien claro y creérnoslo.

2. Podemos razonar la norma una vez, pero no generar largos debates sobre el porqué de esta norma; nuestros hijos son listos y lo entienden a la primera, pero mientras seguimos hablando de ello prolongan el momento de cumplirla y se creen con autoridad para revocarla. Las normas no se debaten, son competencia de los padres. Si los hijos se enfadan, tendrán que aprender que el mundo no siempre nos salimos con la nuestra; es una de las lecciones más importante que tenemos que enseñar a nuestros hijos.

3. La negociación vendrá a la adolescencia, no antes, y bajo términos muy concretos:
a. Se debe respetar a los padres durante la negociación, si no, no se negocia.

b. Los padres establecen unos mínimos a obedecer indiscutibles.

c. Hay una penalización por no cumplir la parte acordada.

d. En la negociación ceden las dos partes; los padres y los hijos: si las dos partes son inamovibles no funcionará.

Un ejemplo: Teresa quiere estar en casa de una amiga hasta las 22 y los padres sólo la dejan hasta las 20. El mínimo indiscutible es que debe ser puntual se decida la hora que se decida. A partir de aquí, pueden negociar; Teresa propone a las 21. Los padres ceden esta hora añadida y quizás, más adelante, si su puntualidad es la correcta y demuestra responsabilidad y autonomía, podrán ceder más. Si no es así, se quedará sin ir a casa de su amiga.

4. Los hij@s deben hacer caso a la primera. Lo que nos desgasta muchas veces no es que no obedezcan, sino que obedezcan después de repetir las cosas mil veces. Por tanto, la CONSECUENCIA  no  debe llegar después de repetir las cosas cinco o seis veces, sino después de decirlo una vez.

Las CONSECUENCIAS, a diferencia de los castigos son hechos que de manera LÓGICA ocurren después de un suceso.

Para que sea efectivo es esencial que se explique claramente lo que va a ocurrir después de un hecho.  Como se desprende del ejemplo anterior, hay consecuencias positivas y agradables y otras que no lo son.

De esta manera, nuestr@ hij@ conoce de antemano lo que su comportamiento conlleva y puede escoger que consecuencia obtener. Así poco a poco, también va aprendiendo a autorregular su comportamiento.
5. La disciplina duele más a los padres que los hijos. No nos tomemos como algo personal que nuestros hijos se enfaden con nosotros para ejercer disciplina; es lo más natural. Quizás en ese momento se sentirá rabioso hacia nosotros, pero cuando crezca se sentirá agradecido de haberlo educado en valores y para ser una persona fuerte, nunca agradecerán que los convirtáis en niños y niñas débiles que se desmonten cuando algo les vaya mal y todo les parezca pesado.
6. No le ahorramos problemas: Aquellas problemas que le ahorramos ahora se multiplicarán después. Debemos procurar que sean autónomos y por eso los tenemos que encarar con sus propios despistes y errores. Por ejemplo, si se olvida de apuntar los deberes que sea él que espabile a llamar a sus amigos o enviar WhatsApp para enterarse.
familia castigos7. Las consecuencias deben ser breves pero intensas. Si los castigamos por no llevar los deberes hechos durante una semana, es difícil que asocien el castigo con lo que han hecho mal, se desgastan, y si lo vuelven a hacer, ya están castigados y nos tenemos que inventar un castigo nuevo. Es mucho más provechoso que la consecuencia sea breve, pero que cause un buen impacto; y sobretodo relacionado con lo ocurrido. Por ejemplo (entendiendo que cada propuesta que hacemos ahora vale para una edad concreta y para un caso concreto más gaves…):
a. No hace los deberes porque se queda mirando la TV: la cena se sirve a las 21, si no ha terminado los deberes entonces, esa noche no cena.
b. No pone la ropa sucia en el cubo de la ropa sucia: no se le lava la ropa hasta que lo haga. Cuando no tenga ropa limpia, entenderá la necesidad de hacerlo.

Recomendamos que antes de poner en marcha las consecuencias que en este articulo se proponen a modo de ejemplo, contacte con el equipo de TE-SIS para asesoramiento más personalizado.

 

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